REAL MADRID 83-70 KHIMKI
Desde hacía el RM no
conseguía dejar a su rival en 70 puntos o menos en la Euroleague desde el día
11 de diciembre, cuando se enfrentaron al Bayern de Múnich en Alemania en la
primera fase de grupos (67). De hecho, la de hoy es la segunda menor anotación
en toda la temporada en la competición Europea y, resulta curioso que, en ambos
casos el equipo blanco se jugaba mucho en ambos partidos.
El partido de hoy era una final. Tal cual. Si ganaba, gracias
a la victoria del Barcelona en Kaunas (nunca se habrán alegrado tanto de una
victoria de su eterno rival), pasaba a los cruces como cuarto de grupo.
Dependía de sí mismo, y el Real Madrid salió a sentenciar el partido en el primer
cuarto….y casi lo consigue si no llega a ser porque el verdugo de la final de
hace dos años, Rice, se encargó de mantener al Khimki en el Blarklays Card
Center a base de no fallar ni un solo lanzamiento, a pesar de que el equipo de
Pablo Laso lograba un estratosférico 80
por ciento de acierto desde más allá de la línea de 3 puntos (8 de 10).
Así se llegaba al final del 1er cuarto con un 33-28 no demasiado tranquilizante pese al homenaje
ofensivo que se habían dado.
El 2º cuarto comenzó como lo había dejado, con un parcial de
6-0 que obligaba a Dusko a pedir su tiempo muerto a los 3´ para que su equipo
reaccionara inmediatamente con otro parcial de 0-5 que hizo que Laso copiase a “Doc”
Ivanovic y solicitase su descanso de 1 minuto. Entonces apareció Willy
Hernangómez, demostrando que vale para jugar a esto del baloncesto en el Real
Madrid antes de marcharse a los Knicks de New York harto de que Pablo Laso le
ignore uno y otro partido, y el Real Madrid consiguió con él en la cancha una
ventaja de 8 puntos (52-44) que se redujo hasta el 54-49, resultado con el que
se llegó al descanso. Rice con 22 puntos y un solo fallo en los lanzamientos
era imparable gracias a la “defensa” de Llull y Carroll fusilaba una y otra vez
a los moscovitas hasta alcanzar los 15 puntos.
Y lo que ocurre normalmente, ocurrió hoy también, y es que
todo el arsenal ofensivo que habían exhibido ambos equipos en los 20 primeros
minutos, desapareció en los 20 siguientes. El festival de 3 puntos que había
sido la primera mitad se convirtió en una atracción de escopetas de aire
comprimido en la feria del pueblo para convertir 3 de los 13 lanzamientos que
realizaron entre ambos equipos. En 8´ de juego del 3er cuarto el parcial era de
12-4 para los blancos, que el Khimki maquilló hasta el 12-9 con que finalizó el
parcial de este periodo.
Al menos el Real Madrid había conseguido que su pájara
habitual se contagiase al equipo contrario y no se notase tanto el festival de
fallos y errores.
Rice anotó sus primeros puntos tras el descanso en el minuto
32 de partido. Fueron gracias a dos tiros libres. Laso había conseguido
convencer a Llull de que debía dejar de tocarse las narices en defensa, aunque
esto supusiese que él sólo anotase 3 puntos en los segundos 20 minutos.
Shvev demostró por qué no es merecedor de ser el jugador que
más dinero gana en Europa a base de fallar triples una y otra vez (1 de 8). El
balón siempre golpeó en la parte posterior del aro en todos y cada uno de sus
lanzamientos…que sólo fueron de 3. Un jugador que se auto limita a sí mismo no
es merecedor de su sueldo. Sobrevalorado excelsamente. El capricho mimoso de un
millonario ruso.
El Real Madrid consiguió el pase a un cruce que hará que se
enfrente a su rival en la última final, el Fenerbahce dirigido por el mejor
entrenador que hay en Europa, Zelko Obradovic. El Señor de la Euroleague.
Sólo queda esperar que a Zelko le dé un sincope en la banda
para que las opciones del Real Madrid de pasar a disputar la Final Four de esta
temporada tengan algún viso de ser realidad. Mientras tanto seguiremos soñando
deseando que al final de todo no sea como escribió Calderón de la Barca en La Vida es Sueño: Los
sueños…sueños son.
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