SAN ANTONIO
SPURS 97-98 OKLAHOMA CITY THUNDER
(Serie 1-1)
El partido más serio que se ha visto jugar a los Thunder en
los últimos años. Desde un primer momento se vio que lo que había ocurrido en
el primer partido no iba a suceder en este. Parafraseando el epitafio de John Wayne, al "Fuerte" Westbrook (29 puntos) y al "Formal" Durant (28
puntos) les acompañó su fiel escudero (o sería mejor decir el leñador de los
bosques de Nueva Zelanda) el "Feo" Steven Adams (12 puntos 17 rebotes) en una labor
encomiable en ambos tableros, pegándose con todo aquel que estuviese a su lado,
y esta vez también se les unió Ibaka, que tiene un ataque de urticaria cada vez
que pisa la zona de ataque y prefiere quedarse fuera para recibir y jugarse un
lanzamiento de tres puntos.
Por parte de los Spurs sólo compareció en el partido Lamarcus
Aldridge (41 puntos), mientras que Leonard demostró desde el primer minuto que
este no iba a ser su día, cuando falló una entrada a canasta sólo. Nunca se
encontró cómodo. Mención aparte me merece Tim Duncan, quien tengo la sensación
de que por cada punto que anota Aldridge a él le queda un día menos de seguir
jugando en la NBA. Nadie discutirá su historia, pero sus mejores días parece
obvio que quedaron atrás. En ningún momento del partido pareció que los de Texas tuviesen una oportunidad real de ganar el partido ante la seriedad de los de Oklahoma...y, cuando la tuvieron, no la supieron aprovechar.
Así es, aunque parezca increíble, los Spurs tuvieron la
opción de vencer en el partido en una última jugada que resume lo nefasto de su
partido, cuando, tras un penoso saque de banda por parte de Waiters hacia
Durant, que recuperó Green y se lo pasó a Mills que se lo dio a Ginobilli para que iniciara una penetración que, en
otros momentos hubiese significado un 2+1, pero lo sacó para que Mills lanzase
un triple desde la esquina solo, pero la sóla presencia de Adams volando hacia
él supuso la suficiente intimidación para que casi no tocase ni el aro prácticamente.
El balón lo recogió del suelo Aldridge, pero no fue capaz de subirlo y el
partido terminó entre un tumulto bajo el aro, donde los árbitros miraron hacia otro lado para no tomar una decisión que hubiese podido ser determinante en favor de los Spurs.
Ahora toca viajar a Oklahoma, donde a los Thunder les tocará
confirmar que este partido será una seña de identidad a partir de ahora, o
donde los Spurs tendrán que remontar la eliminatoria.
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