OKC 118-96 GSW
(OKC gana 3-1)
De repente el País de Nunca Jamás, en donde los niños
perdidos Curry, Thompson, Green y Kerr jugaban
sin ninguna otra preocupación durante todo el día, donde nunca hace mal tiempo,
donde todo es paz, amor y felicidad, se ha transformado en el País del Día
Después, donde los ultramodernos T-3000
Westbrook, Durant, Ibaka y Adams, compuestos de nanomáquinas que dominan el
mundo dirigidos por la Inteligencia Artificial
del Skynet Billy Donovan, acabando con cualquier resistencia humana que
encuentran a su paso.
Los Warriors han mostrado todas y cada una de sus carencias
de sopetón. Todas a la vez. Todo aquello que parecía perfecto se ha desmoronado
como si de un castillo de naipes se tratase al primer rugido del trueno de
Oklahoma. Muestran una carencia reboteadora vergonzosa que hace que cojan el
doble de rebotes en ataque que los de la Bahía, en donde el T-Adams domina los
tableros pese a los intentos de derribar
a patadas a este coloso neozelandes. Su máximo reboteador a lo largo de la
temporada, Draymond Green, no llega a los 6 rechaces por partido en esta serie….y
cogía casi el doble. Sus pívots demuestran unas limitaciones escandalosas, que
llegan al punto de la autodefensa de Ezeli (el único pívot del mundo que
conozco que realiza un giro sobre sí mismo antes de lanzar a canasta…sea cual
sea su situación de tiro), y al autobanquillo de Bogut a base de faltas en
ataque en los bloqueos con su culo. La defensa es, ¿cómo lo diría yo
finamente?, una completa basura (por no decir algo más escatológico) que
permite que en los dos partidos de Oklahoma
los Thunder les metan un 144 (72 puntos al descanso en cada partido) a
100 en la primera mitad, con desventajas de 25 y 19 puntos que tienen que
intentar remontar en la segunda mitad. Una locura imposible. Y el muchacho
rubio, simpático y agradable que tienen en el banquillo por entrenador deja
mucho que desear a la hora de demostrar que él es capaz desde la banda de
cambiar tácticamente el rumbo de un
partido…pero se limita a mirar a los árbitros, a protestar con media sonrisa de
frustración en el rostro y a menear la cabeza como no creyéndose que hay un equipo
que les está arrollando en la cancha.
Mención aparte merece el arbitraje casero de estos dos
últimos partidos en Oklahoma. Menos mal que hoy no les ha dado por revisar
todas las jugadas, como hicieron en el partido anterior. Resulta poco creíble a
estos niveles de profesionalismo y de dureza en el juego por lo que se están
jugando los dos equipos, que haya tal diferencia en las faltas señaladas a unos
y a otros, y los tiros libres que lanzan unos con los que lanzan los otros. Yo
no me creo que un equipo defienda con tal perfección que no permita que el otro
anote tantos puntos menos que ellos y
que hagan que los Warriors pierdan tantos balones estúpidos en pases. No me lo
creo. Hoy han sido 28 tiros libres para OKC por 17 para GSW en la primera mitad
de partido. Bastante claro queda.
A todo esto hay que decir que los Thunder algo harán para
ganar…¿no? Pues sí. Juegan en equipo, a pesar de tener a dos superestrellas,
mueven el balón hasta lograr tiros bastante cómodos en muchas ocasiones, cosa
que no ocurre con unos Warriors que están limitados a lo que hagan Curry y
Thompson en esta serie. Y la intensidad, las ganas y el deseo por ganar que
muestran los de Oklahoma choca frontalmente con las muestras de apatía y
frustración de los de Oakland. Sólo hay que ver cómo se lucha cada balón
perdido sin dueño por parte de unos y de otros para encontrar la explicación a
muchas dudas.
El partido duró un par de instantes, los que mentalmente los
Warriors estuvieron en el partido concentrados, que fueron uno al comienzo del
mismo, cuando ganando por 6-8 se cortocircuitaron y pasaron a perder por 22-8 y
liquidar una primera mitad con una desventaja de 19 puntos (72-53), y cuando
tras el descanso apareció Klay Thompson en el partido para anotar 19 puntos que
redujo la diferencia hasta los 6 puntos (80-74), que pudo ser menor si él mismo
hubiese anotado un lanzamiento triple desde la frontal….pero no entró y
Oklahoma se recompuso para acabar el tercer cuarto con una ventaja de 12 puntos
mucho más tranquilizadora (94-82).
Ahí se acabaron los Warriors. No hay para más es un equipo
que se muestra tan carente de fortaleza mental para afrontar estos partidos. A
quienes les guste saber de los puntos de las figuras decir que por los Thunder,
Durant anotó 26 puntos con un 33 por ciento de acierto, Westbrook hizo un
triple-doble con 36-11-11, e Ibaka 17 puntos y 7 rebotes. Por GSW fue Thompson
el máximo anotador con 26 puntos y más del 50 por ciento de acierto, Curry metió 19 puntos con un 30 por ciento de
acierto y perdió 6 balones (alguno más diría yo), y Green anotó 6 puntos y
perdió otros 6 balones con un 14 por ciento en tiros de campo.
¿Conseguirá salir de la pesadilla del Judgement Day el jueves
GSW?
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