Hace poco
unas palabras de Mark Jackson ex entrenador de Golden State Warriors, ex
jugador NBA y actualmente comentarista del canal americano ABC sobre el juego
de Stephen Curry calaron hondamente a todos y a muchos de los que rodean el día
a día de la mejor liga de baloncesto del mundo. Jackson afirmaba que el juego
de Curry podía ser dañino. Textualmente hablando Jackson comentaba…”En cierto
modo, el estilo de juego de Curry y su
equipo perjudica la formación de los jóvenes. Curry está haciendo daño al
baloncesto. Cuando voy a las canchas de instituto, veos que los chicos ya solo piensan
en abrirse y tirar triples, dejando de lado otras facetas del juego. Si no eres
‘Steph’ Curry, tienes que saber hacer otras cosas. Y él es mucho más que un
tirador también, por algo es el MVP”.
Comentó el entrenador que desde que dejó el banquillo del Oracle Arena se
dedica a salpicar a su ex equipo con comentarios como este.
¿Pero
realmente es perjudicial el juego del MVP para los jóvenes? Los chicos imitan
los movimientos (step back, crossover…) de su ídolo pero buscar tiros abiertos
desde el perímetro es una faceta del juego que existe desde que existe la línea
de tres puntos.
Fijarse en
la forma de jugar de un MVP nunca puede ser dañino para el baloncesto. En su
época todos quisieron ser Jordan, Shaquille, Bryant, Iverson…..e imitar a
Jordan no llevaba consigo ser un tipo generoso en la cancha y nada de eso
perjudicó ni al baloncesto ni a los jóvenes si no todo lo contrario. El juego
cambia con el tiempo y con él la querencia de los equipos de centrar su juego
conforme a la especialidad de sus jugadores más importantes. En los últimos
cuarenta años el juego ha pasado de
centrarse en pivots, en aleros, más tarde en escoltas y ahora le toca el turno
a esos bajitos que a pesar de tener un increíble tiro exterior son jugadores
multitareas y no olvidemos que Curry en un partido llega a ponerse muchos
trajes empezando por el de tirador exterior pasando por el de pasador y
terminado con el de ladrón y eso los niños lo saben. Todos tiran de tres pero
solo llegaran lejos los que tiren de tres y estén tocados por la misma barita
mágica de Stephen y tengan un acierto de otro planeta. El jugador madura su
juego con los años y muy pocas veces es el mismo jugador en el instituto que en
una liga profesional.
Todos desde pequeños imitamos a los mejores y dudo mucho
que ahora mismo en cualquier instituto de Philadelphia o de Chicago estén
imitando los movimientos de Jason Kapono o de un número uno de draft actual
como Anthony Benett porque
desgraciadamente para estos jugadores su juego no cambió ni está cambiando el
baloncesto. Nunca será malo fijarse en los grandes pero siempre será mejor y no
menos importante ser uno mismo y disfrutar del juego de una forma natural pero
eso se aprende con el tiempo. Pero no olvidemos que un padre nunca dirá a un
hijo que no se fije en un tipo que solo hace bien por el baloncesto que un día
mete 40 puntos que tres días mete 20 y que dos días roza la quincena de puntos
y que entrena como un auténtico guerrero cada verano por mejorar en todo, que
no suele cegarse por la grandeza de su juego, que nunca deja de lado a su
familia, que tiene por restaurante de lujo cualquier Subway de Bay Area y
que su plato más caro es un simple bocadillo de ensalada con atún y salsa de
dulce de cebolla.
Señores
seamos realistas y olvidémonos de estereotipos, etiquetas y criticas no
constructivas que solo son fruto de la impotencia de una nefasta y más que
corta carrera en el banquillo del último campeón de la NBA. Y recordemos, saboreemos
y disfrutemos los momentos que está
viviendo el baloncesto tanto en institutos como en las canchas más importantes
de la NBA.
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