Esta tarde la selección Española se juega su continuidad en el eurobasket ante una de las anfitrionas, la Alemania de Nowitzki. Un duelo que hace unos años no pasaría de ser un mero trámite, pero que ha día de hoy se antoja un final de infarto, con un pronóstico meramente incierto.
Los hombres de Scariolo llevan jugando con fuego todo el campeonato, alternando una gran actuación frente a Turquía con grandes fiascos como fue el baño del otro día de los italianos. El encuentro ante los serbios tuvo luces y sombras y la primera parte de ayer frente a Islandia fue para echarse a llorar.
El quinteto titular de los nuestros está dando un rendimiento desigual, por fuera los Sergios y Rudy parecen haber perdidos sus poderes como en la película de Space Jam, muy flojos en ataque más sonrojante es verlos defender con la mirada a sus pares y llegar tarde a todas las ayudas al realizar los dos contra uno; Por dentro, estamos contando con la suerte de tener a un Gasol rejuvenecido para la causa y que está realizando unas actuaciones estelares, bien acompañado por un Mirotic al que se le puede pecar de indolente en fases de los encuentros.
Desde el banquillo hay que destacar el gran debut de un Pau Ribas que se está comportando como todo un veterano en estas lides, algunas pinceladas de Willy y San Emeterio y la brega y la casta de un Felipe Reyes que se está viendo obligado a tener un rol en el equipo que no debería ser el suyo, dadas las circunstancias.
El técnico italiano tampoco se libra de la quema, se ha visto impotente para frenar los amplios parciales desfavorables recibidos y sus cambios de defensas individuales a zona 1-3-1 no han dado ningún tipo de resultado. No parece que tenga buena sintonía con los jugadores y el mal rollo planea sobre el banquillo de la roja.
Lo peor de todo es que la sensación que percibe el aficionado es del todo pesimista, la gran mayoría piensa que aunque ganemos hoy y nos clasifiquemos para disputar los cruces, el panorama no cambiaría demasiado y nuestro trayecto supondría un pequeño calvario hasta que la Grecia o la Francia de turno ejerzan de verdugos y todos exclamemos un: “Se veía venir”.
Tienes toda la razón. Lo peor es el mal porcentaje de tiros y la sensación de desunión.
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