lunes, 28 de septiembre de 2015

Euroleague, respete a su campeón, por favor.




En la madrugada del viernes al sábado me senté en mi sofá a ver el primer partido de la llamada Copa Intercontinental, torneo organizado al alimón entre la Euroliga y la Fiba.

Me puse a ver el partido y enseguida me di cuenta de que el Real Madrid  lo iba a pasar mal. Primero me llamó la atención esa forma tan anárquica de jugar del equipo local, practicando un baloncesto que no estamos demasiado acostumbrados a ver en Europa. Un baloncesto, en ataque, estilo “Juan Palomo”, con muy poco que perder y un baloncesto, en defensa, rozando la ilegalidad y superándola muchas veces.
Y claro, me llamó la atención el arbitraje, su permisividad y su distinta vara de medir.
Mientras Bauru Basket defendía al límite, las personales y las técnicas caían del lado blanco. Estaba claro que no iban a dejar que el segundo partido fuese a ser un mero trámite y en función de eso actuaron. Pero eso incluso lo llegué a entender.

Lo que ya no entendí fue lo ocurrido en el segundo partido en el aspecto arbitral.
Vi como  los brasileños seguían teniendo la misma, o incluso más, “vía libre para defender”. Vi a jugadores como Sergio Rodríguez o Sergio Llull, que en raras ocasiones presionan a los árbitros, desquiciados por el trato recibido, claro indicativo de las licencias que le permitían a los jugadores de Bauru. Vi como las personales y las técnicas seguían cayendo del mismo lado. Vi como a punto de finalizar unos de los cuartos a los brasileños les pitaban la primera falta. Vi dos arbitrajes que eran los que se vivían en Grecia, Turquía y en los balcanes en los años 80.

Pero sobre todo vi la canallada que le hicieron a Sergio Rodríguez.
Lo que hizo el árbitro dominicano Reynaldo Mercedes con el Chacho no es serio.

El Real Madrid llevó a Brasil a sus buques insignia. Jugadores que no hace ni una semana estaban ganando el Eurobasket, a los que metieron en una avión, les dieron una paliza de viaje, les pusieron a jugar para dignificar la competición y a los que FIBA ha tratado mal. ¿Le ha merecido la pena al club y al Chacho hacer ese viaje para que le acaben echando por nada, impidiendo que jugase casi todo el segundo partido? Evidentemente, no.


Solo me gustaría que Euroleague respetase y defendiese a su campeón. Para mí, dicha competición, es una de las más atractivas y mejor organizadas del deporte mundial y su campeón merece, no un trato de favor, pero sí un respeto.

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