Ayer se consiguió de nuevo el Eurobasket, en una final dominada de principio a fin por el equipo español que no dio ninguna opción al acercamiento más allá de a una distacia de 7 puntos, al equipo lituano. Final que me pareció descafeinada debido a la falta de emoción, tal vez gastada ya en la montaña rusa que fue el partido contra los franceses, pero que no le quita ni un gramos de mérito a lo conseguido por estos chicos, que ganar un Eurobasket en el que no eran favoritos en casa hostil como es la francesa es un hito bestial, sin ninguna duda.
Pero ahora la duda me asalta viendo a varios componentes de la llamada generación de Oro del basket español, como son los grandes Pau Gasol y Felipe Reyes (y tampoco olvidarse de Navarro y Calderón), que llegan la mayoría a los 35 años (Calderón tiene 33); si éste no habrá sido el último canto de cisne con la selección española de baloncesto.
Si es el último canto de cisne con la Ñ y se retiran de la selección, bien merecido lo tienen después de la etapa más brillante del baloncesto español en su historia con un Mundial, 3 Eurobaskets y 2 medallas de plata en los JJOO. Si el físico y las ganas (y el permiso de su equipo en el caso de Gasol y Calderón) les aguantan, yo espero que estén en los juegos olímpicos del año que viene; porque su presencia tiene un valor incalculable más allá de sus minutos de calidad (Reyes) o de ser el mejor jugador español de la historia (Gasol), son un acicate para las generaciones que vienen por detrás y que serán el futuro del baloncesto español.
Sólo queda darles las gracias por todos los triunfos y los buenos ratos que nos han hecho pasar con todos los éxitos cosechados por nuestra selección, y esperamos que los que vengan detrás tomen vuestro ejemplo, por lo menos, de competitividad y sacrificio.
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