Nos situamos en la temporada 1985-86
con Aíto García Reneses al frente del equipo. El entrenador que yo me
atrevería a decir que instauró el baloncesto moderno en nuestro país. Un juego
basado en una defensa agresiva que permitía un juego rápido, para lo cual se
precisaban realizar múltiples rotaciones con el fin de no perder un ápice de
intensidad. De esta forma Aito consiguió un equipo duro y compacto, una
“roca” capaz de desbancar al Real Madrid de la cima del baloncesto
español y hacerse definitivamente un hueco entre los grandes de Europa.
Fuente: estadio.libertaddigital.com |
Pero los inicios no fueron precisamente cómodos. Aíto, que siempre
contó con el bloque español formado por Epi, Solozábal, Sibilio
y De la Cruz, pretendió reforzarlo con dos extranjeros de categoría que
ocuparan las plazas que más se necesitaba para hacer frente al Real Madrid:
un pívot dominador y reboteador y un ala-pívot
defensor. Y aquí empezaron los problemas, ya que cuando se estaba a punto de
firmar el fichaje del veterano y experimentado estadounidense Sven Nater,
máximo reboteador de la Lega italiana, éste rechazó la oferta porque “una visión divina le recomendaba no jugar
en España”. A ultimísima hora se contrató al canadiense Greg Wiltjer,
buen reboteador pero sin la experiencia de Nater. Para la posición de ala-pívot también se recurrió a la Lega italiana, fichando al también estadounidense Mark Smith que venía de promediar 22 puntos y 10 rebotes por partido.
Fuente: endesabasketlover.com |
Y el tercer as en la manga tampoco salió como se esperaba. Se fichó al
mormón Steve Trumbo, que venía de realizar dos excelentes temporadas en
Valladolid, siendo el máximo reboteador de la Liga española, pero con la
condición de que consiguiera la nacionalización española, ya que por aquélla
época solo se podía contar con dos jugadores extranjeros. Y la ansiada
nacionalización se fue retrasando hasta tal punto que no se lograría hasta la
campaña siguiente.
Fuente: blaugranas.com |
En la competición española cayó en semifinales de la Copa del Rey
ante el Joventut por un apretado 115-120 y en la final de la Liga
ante el Real Madrid por un claro 2-0. Estas “decepciones” unido a las
críticas recibidas por no acabar de entenderse el baloncesto moderno que
proponía Aíto hicieron saltar los rumores sobre su valía, pero lo que es
el destino, la competición europea serenó los ánimos y permitió realizar su
trabajo al entrenador madrileño.
Esta temporada 1986-87 el FC
Barcelona disputaba la Recopa. Y en semifinales se encontró con el TSKA
de Moscú de Gomelski, en el que sobresalían el gigante Tatchenko,
Tarakanov, Tikonenko y Pankrashyn. En la ida, disputada en el Palau, el juego vibrante del equipo
arrolló a los soviéticos, obteniendo 19 puntos de ventaja con Solozábal
y Sibilio espléndidos. En la
vuelta se sufrió, ya que los rusos llegaron a ponerse con 13 puntos de ventaja
a falta de seis minutos, pero ahí apareció la maestría de Solozábal para
llevar el partido donde Aito quería. Su dirección, junto con la
aportación de Epi (20 puntos) y Smith (18 puntos) salvaron los
muebles.
Fuente: veteransbasquetfcb.com |
En la final de Caserta esperaba el Scavolini de Pesaro. Había que
contrarrestar su fuerte juego interior de Magnifico, Ario Costa y
Tillis, bien equilibrado con sus anotadores Silvester y Zampolini
y la dirección magistral del base Fredrick. Fiel a sus ideas, Aíto consiguió
dominar el rebote (37 frente a 18) con Wiltjer, De la Cruz y el
joven Julián Ortiz y se aprovechó del acierto en el porcentaje de tiro
de sus jugadores exteriores para terminar venciendo 101-86 y conseguir así el
segundo título continental del club.
Decía por entonces José Luis Núñez que “la diferencia entre el Real Madrid y nosotros se llama Fernando Martín”.
Pues el azar le tuvo que escuchar porque la campaña siguiente, 1986-87, el pívot madrileño decidió
probar la aventura de la NBA en los Portland Trail Brazers.
Fuente: elpais.com |
Además, en la dirección técnica del club se producía la llegada de un
directivo clave también para el futuro de la sección: Salvador Alemany, quien
no dudó en hacer todo lo posible para satisfacer las necesidades de Aíto:
las contrataciones del ala-pívot Andrés Jiménez y del base Joaquim
Costa, dos jugadores con los que había forjado años atrás la leyenda del Cotonificio
de Badalona.
Y es que con Andrés Jiménez de nuevo Aíto revolucionaba
nuestro baloncesto. Pasó de la concepción de dos aleros tiradores exteriores
con más aportaciones ofensivas que defensivas, a la utilización de un alero
alto, capaz de intimidar y rebotear. Se puede decir que Jiménez es el
primer tres alto de España (el antecesor de Pau), un jugador con altura
de pívot capaz de jugar de cara al aro con la movilidad de un alero y con un
buen tiro de 4-5 metros. “El hombre que
marca la diferencia en el baloncesto español” como decía Andrés Montes.
Fuente: listas.20minutos.es |
Andrés Jiménez permaneció en el FC Barcelona
desde la temporada 1986-87 a la 1997-98 obteniendo 7 Ligas, 4 Copas,
1 Korac y 4 subcampeonatos de la Copa de Europa. En la historia
de la Liga es el 22º máximo anotador, 36º en minutos jugados y 36º en
rebotes capturados. Su camiseta con el dorsal 4 ha sido retirada. Además ha
disputado 186 partidos con la Selección Española logrando 1 plata en los
Juegos Olímpicos de Los Angeles
84 y 1 plata en el Eurobasket
de Nantes 83. Y posee la Orden del
Mérito Olímpico del COI.
Pues con estos mimbres, la nacionalización de Trumbo y la
sustitución de los dos extranjeros por el pívot Wallace y el alero Simpson,
llegaron los éxitos.
Fuente: blogdebasquet.com |
La temporada 1986-87 el FC
Barcelona consiguió todos los títulos en disputa salvo el Mundial de
clubes: Liga, Copa, Copa Korac e incluso la Supercopa
de Europa.
En la Liga se deshacía del Real Madrid en semifinales por
3-1 y del Joventut en la final también por 3-1, mientras que en la Copa
vencía así mismo al Joventut por 110-102 en Tenerife.
En Europa disputó la Copa Korac y la ganó tras imponerse
claramente al Limoges en una final a doble partido con victorias por
106-85 en el Palau y por 86-97 en
tierras francesas, con Epi y Trumbo como destacados.
Y por primera y única vez se disputó la Supercopa de Europa, que
enfrentó a los campeones de las anteriores ediciones de la Copa de Europa
y de la Recopa en una final también a doble partido. El rival fue la Cibona.
Se perdió 101-102 en Zagreb pero en el Palau
se derrotó al equipo yugoeslavo por 99-87.
Fuente: fcbarcelona.cat |
Un Palau Blaugrana que también
fue un factor determinante en esta década. Una “bombonera” con capacidad por
entonces para 5.646 espectadores que en los partidos importantes creaba un
ambiente irrepetible, con su peculiar cúpula de hormigón armado y ese parquet
de color oscuro tan peculiar.
El único título en disputa de esta temporada que no consiguió vencer fue
el Mundial de clubes disputado en Milán, ya que tras una primera fase
con pleno de victorias ante Tracer Milan, Club Ferrocarril Oeste
y Washington All-Stars, ganó al Maccabi en semifinales por 95-87,
pero cayó derrotado en la final ante el equipo anfitrión, el Tracer de Milán
por 100-84. Un equipo italiano con jugadores de renombre: Mike D´Antoni,
Premier, Rickey Brown, Bob McAdoo o Dino Meneghin.
Fuente: blaugranas.com |
La temporada 1987-88 supuso la
vuelta al Real Madrid de su hijo pródigo Fernando Martín. Así que
Aíto movió ficha inmediatamente, contratando al estadounidense Audie
Norris, probablemente el mejor extranjero que haya tenido jamás el equipo
azulgrana. Un pívot de enorme fortaleza, indiscutible talento y gran calidad
técnica, apodado “atomic dog”. Formado en la Universidad de Jackson fue elegido
en el draft de 1982 por los Portland
Trail Brazers en la posición 37º pero las lesiones no le permitieron tener
continuidad en la NBA. Probó en la Lega italiana jugando dos
temporadas en la Benetton de Treviso, curiosamente tras probar sin éxito
en el Real Madrid. Y de allí recaló en FC Barcelona para
permanecer seis temporadas en las que logró 3 Ligas, 2 Copas y
tres presencias en Final Four de la Copa de Europa (dos subcampeonatos).
Sus duelos titánicos con Fernando Martín forman parte de la historia de
nuestro baloncesto, tanto como las lágrimas que derramó en su visita a la
capilla ardiente del jugador madridista instalada en el antiguo Pabellón de la Ciudad Deportiva del Real
Madrid tras el accidente de tráfico que le costó la vida en diciembre de 1989.
Fuente: tirandoafallar.com |
Además se producían las bajas de De la Cruz, Wallace y Simpson
y el alta de Mc Dowell.
En la competición doméstica se lograron, por segunda temporada
consecutiva, todos los títulos en juego: Liga, Copa, Supercopa e incluso
la Copa Príncipe de Asturias. Y lo más importante para el equipo
azulgrana es que se consiguieron ante el eterno rival.
Fuente: blaugranas.com |
En la Liga se tuvo que recurrir por primera vez en la historia al
quinto partido de la final para dilucidar el campeón. Los cuatro partidos
anteriores habían sido vencidos por los equipos locales: 75-73 y 87-77 para el FC
Barcelona en el Palau y 96-90 y
90-76 para el Real Madrid en el Pabellón
blanco. La igualdad era absoluta. Los emparejamientos Corbalán-Solozábal,
Biriukov-Epi, Aléxix-Jiménez, Branson-Trumbo y Fernando Martín-Norris
espectaculares. El Palau acabaría
dictando sentencia a favor del FC Barcelona, que vencería 93-79 en un
quinto partido marcado por la lesión de Martín en el primer tiempo, la
defensa de Costa sobre Biriukov y la muñeca de Epi (29
puntos con acierto de 13 de 17 en tiros de campo)
Fuente: endesabasketlover.com |
La final de Copa no fue menos igualada. Vencieron los azulgranas
por 84-83 gracias al triple sobre la bocina convertido por Nacho Solozábal.
Y la de la Copa Príncipe de Asturias también se decidió por una sola
canasta (92-90) frente a los blancos. En la Supercopa, sin embargo, tuvo
como rival al Joventut al que derrotó
por 91-88.
Fuente: copadelreyacb.com |
La Copa Príncipe de Asturias es una competición que ha tenido
diversos formatos y participantes. Únicamente entre las temporadas 1986-87 y 1990-91 fue disputada por todos los equipos de la ACB. Antes,
desde 1984-85, la jugaban únicamente
los equipos eliminados en los play-off para dilucidar las plazas que permitían
participar en la Copa Korac y en la actualidad (desde la campaña 1996-97) la disputan los equipos de la Liga
LEB.
Tanto éxito en la competición nacional no tuvo continuidad en la Copa
de Europa, a la que el club volvía tras muchos años sin poder disputarla
(por entonces solo la jugaba el vigente campeón de Liga), ya que el equipo
ocupó la quinta posición en la liguilla de cuartos de final, quedando apeado de
la Final Four.
Fuente: blaugranas.com |
La siguiente temporada, 1988-89,
el Real Madrid se reforzó con quien estaba siendo su bestia negra: Drazen
Petrovic. Y el efecto resultó positivo en principio, ya que los blancos se
llevaron la Copa en La Coruña venciendo 85-81 al FC Barcelona. E
incluso en la final de Liga se forzó de nuevo el quinto y definitivo
partido, pero esta vez fue el FC Barcelona quien venció por 96-85 en un
encuentro que se recordará por el polémico arbitraje de Neyro que dejó
jugando al equipo blanco el final del partido con cuatro jugadores al estar
eliminados por faltas personales el resto de la plantilla.
Fuente: blogs.libertaddigital.com |
En la Copa de Europa el equipo lograba clasificarse para la Final
Four de Munich. Todo parecía preparado para una final con el Maccabi, el
equipo más en forma junto con los azulgranas. De hecho, en semifinales el
sorteo deparó un enfrentamiento contra un equipo poco conocido, con jugadores
muy jóvenes y poco experimentados, dirigidos por Maljkovic. Nombres como
Radja, Sobin, Tabak, Sretenovic, Pavivecic o Ivanovic que
integraban la plantilla de la Jugoplastika de Split. Sin embargo fue un
joven de 19 años, Toni Kukoc, el que deslumbró a todos con su juego y
resultó imparable para el FC Barcelona, que cayó, contra todo
pronóstico, por 87-77.
Fuente:thenbacircus.blogspot.com |
La década prodigiosa del FC Barcelona finaliza en la temporada 1989-90 con un nuevo título de Liga
(el cuarto consecutivo), logrado esta vez de forma contundente, 3-0, ante el Joventut.
Fuente: blaugranas.com |
No obstante este equipo de leyenda, este FC Barcelona de la década prodigiosa de los 80, no pudo
poner la guinda a su pastel en la Final Four de la Copa de Europa
disputada esta campaña 1989-90 en
Zaragoza. Tras su brillante clasificación para la misma y tras dejar en la
cuneta brillantemente en semifinales al Aris de Salónica de Gallis,
Giannakis y Vrankovic, al que derrotó por 104-83, de nuevo se
topó en la final con un escollo inexpugnable. Por segunda vez la Jugoplastika
de Split, esta vez reforzada con Perasovic y Savic, pero bajo la
astuta batuta de Toni Kukoc, alargaba la maldición de la Copa de
Europa para el equipo azulgrana.
Un lunar que, sin embargo, no puede ensombrecer la valía y los éxitos
logrados por un equipo de leyenda.
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