martes, 5 de abril de 2016

Equipos españoles de leyenda: El Estudiantes de la temporada 1991-92

Un quinteto para la historia: Nacho Azofra, Alberto Herreros, John Pinone, Rickie Winslow y Juan Antonio Orenga. Bien secundados por Pablo Martínez, Juan Aísa, Alfonso Reyes, Pedro Rodríguez y Juan Antonio Aguilar, y dirigidos por Miguel Ángel Martín “el cura”, estos cinco magníficos forjaron, probablemente, la temporada más dorada del club estudiantil: la 1991-92.

Fuente: clubestudiantes.com

Pero hasta llegar a esta temporada mágica hemos de hacer un poco de historia. Este mítico equipo madrileño se fundó en el año 1948 por un grupo de alumnos del Instituto Ramiro de Maeztu de la calle Serrano de Madrid, apoyados por el catedrático de latín y jefe de estudios Antonio Magariños. Su decidido apoyo a la cantera, su eterna rivalidad con el “grande” de la capital, su espíritu colegial y hasta su original afición, la “demencia”, forman la idiosincrasia de este modesto equipo que, sin embargo, junto con el Real Madrid y el Joventut de Badalona componen la terna de equipos que pueden presumir de haber participado en todas las ediciones de la máxima categoría de nuestra Liga nacional de baloncesto, lo que le convierte en un club histórico.

Fuente: ramiro53-64.blogspot.com

Desde sus comienzos el Estudiantes se ha caracterizado por su trabajo, ilusión, juventud, ganas de romper moldes y rebelión ante los “grandes”. Y aunque su palmarés no es muy extenso en número de títulos (3 Copas del Rey: 1963, 1992 y 2000), si lo es si tenemos en cuenta su dimensión y sus limitaciones económicas. Hasta finales de los setenta, se le podía considerar uno de los fijos en los puestos altos de la clasificación, codeándose con los grandes aunque sin llegar a obtener los ansiados títulos (solo una Copa del Rey en 1963, dos subcampeonatos de Liga en 1962-63 y 1967-68 y tres subcampeonatos de Copa en 1962, 1973 y 1975) y compitiendo incluso en competiciones europeas (semifinalista de la Recopa en 1974 y 1976). En la temporada 1977-78 tuvo su primer susto, al tener que jugar un partido por la permanencia frente al Mataró, aunque lo resolvió con un claro 113-90.

Fuente: clubestudiantes.com

Y de su cantera surgieron nombres como Fernando Martín y “Charly” López Rodríguez, que junto a Alfonso del Corral, Vicente Gil y el estadounidense Slab Jones consiguieron el subcampeonato liguero en la temporada 1980-81 de la mano de “Chus” Codina, sobrepasando al Real Madrid pero cayendo ante el FC Barcelona. Sin embargo el dinero mandaba y se produjo la salida de estos jugadores del club, llegándose al momento más crítico en la temporada 1983-84, en una eliminatoria por la permanencia que se consiguió in-extremis en una agónica serie de tres partidos frente al Peñas Recreativas de Huesca.

Fuente: climaynievepirineos.com

Pero quizás vino bien tocar fondo, ya que la siguiente temporada, 1984-85, supuso la llegada de dos mitos e ídolos para todo el Ramiro: los estadounidenses David Russell y John Pinone. También volvió Vicente Gil y fueron apareciendo Carlos Montes, Javi García-Coll, “Chinche” Lafuente, Pedro Rodríguez e Imanol Rementería, entre otros, que de la mano del entrenador Paco Garrido metería al equipo en los cuartos de final de la Liga en las siguientes tres temporadas, consiguiendo en 1986 la Copa Príncipe de Asturias que le abría las puertas a Europa de nuevo. Entre las temporadas 1988-87 y 1989-90 alcanzó los cuartos de final de la Copa Korac.

Y con estos precedentes, subcampeón de la Copa del Rey, tercero en la Liga y cuarto finalista de la Copa Korac, se llega a la temporada dorada: 1991-92.

Fuente: solobasket.com

Miguel Ángel Martín consigue reunir en su plantilla lo que todo entrenador sueña: un base inteligente, un pívot dominador y líder, un anotador nato y un alero rápido e intimidador, todos bien complementados con excelentes jugadores de equipo. El resultado: campeones de la Copa del Rey, presencia en la Final Four de la Euroleague y semifinalistas de Liga.

Fuente: euroleague.com

El base inteligente era Nacho Azofra. Un espíritu libre, contracultural en sus modos y en su apariencia, directo, siempre al lado de su club, de sus amigos, del equipo… Formado en el Ramiro, integrante como aficionado de la demencia… “El chico más listo de la clase” como le apodó Andrés Montes. Si trasladamos esta personalidad a la cancha nos encontramos un base rápido, imaginativo, intuitivo, impredecible… al servicio del equipo en el que además cree. Azofra jugó 11 temporadas en el Estudiantes (con un paso intermedio de dos temporadas por Sevilla), llegó a ser convocado por la Selección Absoluta en 39 ocasiones y en las estadísticas históricas de nuestra Liga se encuentra en segunda posición de asistencias repartidas, tras Pablo Laso, y en tercera en partidos jugados tras Rafa Jofresa y Nacho Rodríguez.

Fuente: pivotworld9.com

El pívot dominador era el estadounidense John Pinone. Formado en la Universidad de Vilanova (donde se le retiró su camiseta con el número 45) llegó a formar parte de la Selección de EE.UU que ganó la plata en el Mundial 82 de Colombia. Sin embargo no llegó a cuajar en la NBA y el azar le llevó a España desde la CBA. “Pinoso”, como se le apodaba, permaneció 9 temporadas en el Estudiantes y consiguió ser nombrado Jugador Histórico ACB (por puntos anotados y partidos jugados) Es uno de los tres únicos jugadores de Estudiantes que ostentan la Insgnia de Oro y Brillantes del club (junto a José Luis Sagi-Vela y Juan Martínez Arroyo)

Sin mucha estatura para su posición (2,02 metros) tenía una gran visión de juego, sentido de la anticipación y colocación, así como una excelente muñeca. Y su famoso “zarpazo” con el que robaba más de un balón. Pero lo que más sobresalía era su casta, su liderazgo, capaz de tirar de todo el equipo y hacerle creer que todo era posible.

Fuente: twitter.com

El anotador nato era un joven madrileño de 21 años en aquélla mágica temporada y 1,99 metros, con gran movilidad, excelente visión de juego y certero tiro de tres puntos. Un tirador en toda regla: Alberto Herreros. Permanecería 8 temporadas en el Estudiantes de donde pasó al Real Madrid en lo que supuso el fichaje más caro de un español en la Liga española. En el club blanco jugó otras nueve temporadas consiguiendo 2 Ligas y 1 Recopa.

Herreros fue 172 veces internacional con la Selección Española consiguiendo dos platas en los Europeos de Francia 99 y Suecia 03 y en las estadísticas históricas de nuestra Liga ocupa la primera posición tanto como máximo anotador como mejor tirador de triples, la segunda en minutos jugados, la quinta en partidos jugados y la novena en recuperaciones. Todo un histórico.

Fuente: endesabasketlover.com

Y el alero rápido era un estadounidense que llegó al club con la difícil misión de sustituir a Rusell pero que lo acabaría haciendo con nota en las cinco temporadas que militó en el club estudiantil: Rickie Winslow. Un alero que se desenvolvía de maravilla en el juego rápido y de contrataque (como había hecho en la Universidad de Houston) Ofrecía rebotes, tapones, defensa, mates, penetraciones y transiciones con buenas anotaciones.

Fuente: forosabc.com

El quinteto titular se completaba con el pívot español de 2,07 metros Juan Antonio Orenga. Un pívot que leía a la perfección los partidos, buen pasador y con buen tiro. Formado en el Real Madrid quizás dio lo mejor de sí en las 7 temporadas que jugó en Estudiantes, aunque después volvería al club madridista para conseguir 1 Liga y 1 Recopa.

Disputó 128 partidos con la Selección Nacional, obteniendo el bronce en el Europeo de Italia 91. En las estadísticas históricas de nuestra Liga ocupa la quinta posición como reboteador y la novena en partidos jugados.

Fuente: blogs.20minutos.es 
Fuente: clubestudiantes.com



Estos cinco magníficos se complementaban por dentro de la zona con Alfonso Reyes, hermano del actual capitán del Real Madrid Felipe Reyes y 142 veces internacional con la Selección Española, con quien consiguió 2 platas y 1 bronce en los Europeos de Francia 99, Suecia 03 y Turquía 01. Y con Pedro Rodríguez, “Pedrolo” o “el carpanta de los rebotes” según Andrés Montes. Un pívot pequeño (2,02 metros) y rocoso, maestro en la colocación y en el bloqueo de su par, de trabajo duro y defensivo aunque sin buen tiro.

Fuente: clubestudiantes.com

Y por fuera con el base Pablo Martínez, jugador de cantera y de saga baloncestística (los Martínez Arroyo) que manejaba el ritmo del partido a la perfección, mostrando un temple inusual para su edad que se contrarrestaba con jugadas forzadas con la temeridad esta vez sí propia de su juventud. El escolta rápido, valiente y defensor Juan Aísa, y el alero alto Juan Antonio Aguilar.

Fuente: clubestudiantes.com

Con estos mimbres Martín supo dar con la tecla para realizar un juego rápido y de contrataque forjado en una fuerte defensa y carga de rebote que permitieran recuperaciones con las que correr hacia el aro contrario. Pero si las cosas no iban bien surgía el carácter contagioso de Pinone para hacer el partido duro, trabado, loco, heterodoxo… muy estudiantil. Un equipo competitivo que despertaba simpatías por donde pasaba

Fuente: lorenzovic.blogspot.com

Con esta filosofía y con muchísima fe el equipo se proclamó contra todo pronóstico campeón de la Copa del Rey en Granada. Una dura competición liguera había metido en un bache al equipo debido al cansancio acumulado. En la jornada anterior a la disputa de la Copa recibía un duro correctivo en el Palau al caer ante el FC Barcelona por 32 puntos de diferencia. Y para mayores males Nacho Azofra se lesionaba en un codo y parecía baja segura. Los ánimos estaban bajo mínimos pero surgió la voz del líder, de Pinone, que hizo retumbar al Magariños: “¿Un fin de semana de descanso? ¿Estáis locos? ¡Es un título! ¡Y además jugamos contra el Real Madrid!”.

Fuente: clubestudiantes.com

Derrotó en cuartos de final a su eterno rival, el Real Madrid de Antonio Martin, Biriukov, Brown y Antúnez, gracias a un triple salvador de Juan Aísa por 82-80. En semifinales se deshizo del Joventut de los hermanos Jofresa, Villacampa, Pressley, Thompson y Morales con otro angustioso final y con una actuación estelar del base Pablo Martínez. A falta de 27 segundos, con ventaja de un punto, Winslow disponía de un 1+1 que hubiera sentenciado el encuentro pero falló. Lolo Sáinz diseñó una última jugada de ataque que salió a la perfección puesto que Villacampa (que había convertido 7 de 12 lanzamientos incluido un triple) recibió en una cómoda posición de tiro, armó su brazo y lanzó… pero erró. Estudiantes vencía 78-77 y se clasificaba para la final. Winslow cantaba: “¡Demencia, mañana fiesta!”

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En la final esperaba el CAI Zaragoza dirigido por Manel Comas, que se encontraba liderando la Liga gracias a su sólido juego y que contaba en sus filas con los hermanos Arcega, Paddio, Manel Bosch, Quique Andreu, Santi Aldama y Mc Queen. El partido fue muy igualado pero en la segunda parte el CAI alcanzaba una pequeña renta hasta que llegó la pregunta de la final a 11 minutos para concluir el partido: “Nacho, ¿estás para jugar?”  A fe que lo estaba, saltó a la pista, remontó y de nuevo se vivió un final no apto para cardiacos. A falta de 50 segundos empate a 56. Mate de un Winslow colosal (que disputó 118 de los 120 minutos de todas la fase final), fallo de Paddio (que no tuvo su día), rebote de Orenga que fue objeto de 1+1. Anota el primero (59-56) y falla el segundo pero el rebote es para Pinone (¿cómo no?) que pasa a Herreros y es objeto de personal. De nuevo 1+1. Alberto falla (¡los nervios!) pero el rebote (una vez más) lo captura Winslow que juega cuatro esquinas para que Orenga reciba una falta intencionada (las actuales antideportivas) y deje el marcador final en 61-56.

Fuente: clubestudiantes.com

Se desata la locura. Pinone recibe el galardón de MVP. Los jugadores lo festejan en su vestuario. La demencia se desgañita. Al día siguiente cinco mil aficionados reciben al equipo en el Ramiro.

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Pero si este título supo a gloria, no fue menor la alegría que supuso la marcha del equipo en la Euroleague. Tras deshacerse en la segunda ronda con facilidad del Scania Sodertalje sueco (76-98 y 97-78), quedó segundo, con un balance de 10 victorias y 4 derrotas en la liguilla previa a los cuartos de final que disputó con fortísimos rivales: Joventut de Badalona, Partizán de Belgrado (de Obradovic, Djordjevic y Danilovic), Phillips de Milan (de Riva, Pittis, Dawkins y Johny Rogers), Bayer Leverkusen, Maer Pils, Aris de Salónica (de Galis y Giannakis) y Commodore Den Helder. Se clasificó así para el playoff de cuartos con factor cancha a favor.

Fuente: clubestudiantes.com

El primer partido se disputó en el mítico “La mano de Elías” de Tel-Aviv, donde esperaba el Maccabi. Juan Aísa, en estado de gracia, sujetaba a Jamchi y a la vez anotaba 20 puntos, Winslow con 32 puntos intentaba contrarrestar el acierto de Mike Mitchell (28 puntos). Pablo Martínez y Azofra se fajaban con Motti Daniel y Goodes mientras en la pintura Pedro Rodríguez y Pinone se encargaban de Mercer, Vargas y Henefeld, por la carga de faltas de Orenga. Se forzó la prórroga y se acabó perdiendo por un solo punto 98-97.

Había dos partidos para remontar en Madrid. Y entre medias los presagios eran excelentes, pues en la jornada de Liga se vencía al líder CAI y se recuperaba de su tobillo Herreros.

El segundo partido Estudiantes fue un ciclón. El antiguo Palacio de los Deportes de Madrid asistió a un festival colegial. Los macabeos sucumbieron finalmente por 98-74, aunque llegaron a hacerlo hasta por 35 puntos de desventaja.

Fuente: clubestudiantes.com
Para dos días después quedaba la hombrada definitiva. El 19 de marzo de 1992 la reventa hizo su agosto. Se llegaron a pagar 8.000 de las antiguas pesetas por entradas que en taquilla costaban 1.000. 12.500 espectadores abarrotaban el Palacio y los que no consiguieron billete llenaban a su vez todos los bares y cafeterías colindantes. Todo estaba preparado. Y el partido fue completamente distinto a los anteriores. Muy rácano, malo, feo. Nervios dentro y fuera de la cancha. Así lo quiso Maccabi y Estudiantes cayó en la trampa. Pero con lo que no contaban los israelitas era con que fuera Pablo Martínez quien diera el golpe de efecto que precisaban sus compañeros. Un triple a la media vuelta, un robo, un 1+1 convertido desde su salida a cancha con 42-45 en el marcador. Aún así costaba sufrir. Se llega con ventaja de 55-53 en los últimos segundos cuando el héroe Martínez comete falta sobre Goodes. 1+1. Encesta el primero y falla el segundo. Pedro Rodríguez, que había sustituido a Pinone al cometer su quinta personal, atrapa el rebote pero se le escapa al caer al suelo y sale fuera. Restan 6 segundos. Maccabi consigue dejar solo a Jamchi para que lance a canasta desde un lateral pero cuando va a recibir de Goodes resbala y el balón se pierde por la línea de banda. Cuenta la leyenda que se resbaló por el sudor que había dejado en la pista “Pedrolo” en la jugada anterior… En los tres segundos restantes Estudiantes consiguió poner el balón en juego pero no dio tiempo para más.
Fuente: clubestudiantes.com

El Palacio es testigo de una de las mayores hazañas del Estudiantes. La afición canta “¡Que nos vamos a Estambul, chin- pún!”  Los jugadores lloran. La alegría se desborda.

Fuente: clubestudiantes.com

El éxito ya se había conseguido. La Final Four era un premio. Y como tal discurrió para el club. En Estambul sí que pesó la responsabilidad. La inexperiencia no permitió al equipo desarrollar su juego y se perdieron tanto la semifinal contra el Joventut (91-69) como el tercer puesto frente al Phillips (99-81) pero casi era lo de menos. Fue la edición en la que un postrero triple de Djordjevic dejó sin título a un gran Joventut y en la que Europa vio asombrada como dos equipos con idénticas filosofías y forma de entender el baloncesto saludaban juntos a sus hermanadas aficiones a la conclusión de su partido de semifinal.

Fuente: clubestudiantes.com
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Para finalizar esta mágica temporada se vivió una eliminatoria de semifinal en la Liga española épica de nuevo contra el Joventut. Antes se había obtenido la quinta posición en la fase regular con un balance de 24 victorias y 10 derrotas. Y se había eliminado al Valvi Girona y al Elosúa León por sendos 2-0 tanto en octavos como en cuartos de final.


Fuente: clubestudiantes.com

El primer golpe de la eliminatoria lo dio Estudiantes al vencer en Badalona por 75-81 y casi lo completa en el segundo, donde se tuvieron que jugar dos prórrogas, pero al final cayó por 95-93. En Madrid Joventut asaltó el Palacio en el tercer partido, 68-73, pero la garra de los madrileños les llevó a vencer por 89-79 y decidir la eliminatoria en el último y decisivo quinto partido en Badalona que finalmente caería del lado catalán por 83-75. Ese año el Joventut de Lolo Sáinz se proclamó campeón derrotando en la final al Real Madrid.



Lores a un equipo que, sin duda, hizo historia en el Estudiantes, en España y en Europa.

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