miércoles, 27 de abril de 2016

PEOR IMPOSIBLE...¿O NO?



Se podría intentar narrar lo que ha sido este partido de vuelta de la final de la Eurocup 2016, podría intentar explicar el valor de cada jugador en este encuentro, contar las canastas, rebotes y demás jugadas que han sucedido a lo largo de estos 40 minutos, pero creo que nada define mejor todo esto que una única palabra: Despropósito.

Parece increíble que estos dos equipos hayan logrado llegar a la final, teniendo en cuenta la calidad de equipos que se han quedado por el camino, como un Valencia que comenzó su tremendo bache con la eliminación a manos del Limoges después de comenzar avasallando en el principio de temporada, o un Gran Canaria que es un ejemplo de solvencia y regularidad que le ha llevado a conseguir el subcampeonato de la Copa del Rey. También parece increíble que estos equipos estén dirigidos por dos entrenadores que son, o han sido, entrenadores de selecciones tan potentes como Francia o Turquía, lo que haría suponer que saben manejar con cierta maestría determinadas situaciones conflictivas y evitar momentos de confusión y desatino que tan habitúales han sido a lo largo de esta final.

Si ya el primer partido celebrado la semana pasada en Francia supuso un verdadero espectáculo de fallos y errores, este no le iba a ir a la zaga. El partido comenzó con un Galatasaray completamente “enchufado” y acertado, lo que hizo que marcase diferencias sensibles ya en los primeros cuatro minutos con un 15-2 favorable a los locales gracias al acierto de Micov y a los errores de Beaubois por los visitantes.

Se podría decir que esto marcó el devenir del resto del encuentro, pero esto no iba a permitirlo el equipo turco y a base de perdidas estúpidas consiguió que el Estrasburgo no perdiese la final antes de tiempo, y así se llegó al último cuarto con una desventaja de 7 puntos para los franceses, que era en realidad de 3 si se contabilizaban los cuatro puntos de renta que habían logrado en el partido de ida. 61-54

Fue entonces cuando el Estrasburgo tomó las riendas del partido para dejarlo sentenciado…en su contra…cuando con un 73-67 en el marcador y un tiro libre a su favor a falta de 3 minutos para la finalización del partido, y con una afición turca que parecía que había transformado sus alaridos intimidatorios del comienzo en gritos de pánico ante la posibilidad de perder el título que tan cerca habían tenido, entonces sucedió que no anotaron ni una sola canasta de los 6 lanzamientos que hicieron, además de perder dos balones. Es decir, el Galatasaray únicamente tuvo que ponerse cómodo y ver cómo por delante de su puerta pasaba el féretro del Estrasburgo llevado por sus propios jugadores y con Vicent Collet abriendo la comitiva.

Una final decepcionante que ganó el menos malo…..posiblemente.

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