foto via acb.com
El partido comenzaba con poco ritmo, teniendo el control del mismo el equipo vasco con una mejor defensa y encontrando acierto desde la línea de 3 puntos (3/5 en T3) con un inspirado Hanna ponían algo de tierra de por medio con el 16-11 en el electrónico. No obstante los de Aíto no renunciaban al partido y pese a su poco acierto desde fuera, forzaban acciones para ir a la linea de libres y mantenerse cerca en el electrónico. La entrada de Raul Lopez debido a las faltas de Hanna daba otra cara a los bilbainos y ponía el 22-15 al final del primer cuarto.
Comenzaba de manera similar este periodo, Raul Lopez controlaba el tempo del partido pero esté era lento, con muchas faltas y parones que no permitían ver mucho espectáculo. Así los de Sito Alonso con una gran defensa de ayudas muy seria hacía llegar a los vascos hasta los 15 de renta (33-18 min 16). La entrada de Bertans en el partido daba más ritmo al partido anotando desde más allá de la línea. Oliver mantenía algo de luz para los amarillos que se iban al descanso 12 abajo en el marcador (46-34).
Nada más empezar el tercer periodo aparecía la figura de Álex Mumbrú, que con 5 puntos consecutivos hacia llegar a su equipo hasta los 15 de ventaja tras una canasta y un triple. Nadaba muy cómodo el Bilbao Basket por el partido con su capitán a la cabeza llegando a su máxima ventaja del partido con el 55-36 en el minuto 27. Quedaban 13 minutos y los del bocho tenían 19 de ventaja, aparentemente todo controlado ... aparentemente. A partir de este momento llegaba la revolución canaria que parecía llegar una hora tarde al partido y con un estelar Oliver anotando y asistiendo ponía un parcial de 0-12, que hacía llegar el 55-48 en el marcador del Coliseum, para llegar a la batalla de los últimos 10 minutos con todo por decidirse.
Continuaba la reacción isleña a base de defensa y llegando los puntos desde el triple, solo sabia anotar Oliver desde esa distancia durante los tres primeros cuartos, pero aparecieron Salin en dos ocasiones, Pangos y Aguilar para culminar la remontada y llevar al éxtasis al pabellón con los gritos de pío pío. La dinámica era excelsa y el Bilbao Basket se veía anulado en ataque y sobrepasado en defensa perdiendo el rebote defensivo. La aparición del capitán amarillo, Eulis Baez, se tornó clave en el último cuarto para que los de Aito cerraran el partido con garantías. El parcial aumentaba hasta llegar a un escalofriante 16-45 que acababa dando la victoria a un Gran Canaria que nunca dejó de creer y que se mete por méritos propios en la final.
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