sábado, 6 de febrero de 2016

REGRESO AL PASADO



¿Qué tienen en común Jeffery Taylor, KC Rivers, Ndour, Thompkins, y Lima con Anderson, Nutt, Frederick y McDonald? Quizá a muchos no os suenen de nada los segundos, bien porque seáis muy jóvenes o porque no les recordéis por haber pasado sin pena ni gloria por el equipo de baloncesto del Real Madrid en la temporada 1989/1990, equipo que estaba dirigido por George Karl y que disputó, y perdió, la final de la Recopa frente a la Knorr de Bolonia de un jovencísimo Ettore Messina  ese mismo año.

¿A qué viene todo esto? Pues viene a que, a pesar de que está bastante claro que los tiempos han cambiado y que los extranjeros que juegan en Europa ya no son ni de la misma calidad, ni tan determinantes como los que jugaban en los años 80 y 90, el Real Madrid ha entrado en un bucle de fichajes muy parecido a lo que sucedió en aquella misma temporada tras la marcha de Drazen Petrovic a la NBA y el fallecimiento de Fernando Martín. La búsqueda incesante del jugador que hiciese encajar las  piezas de nuevo para conseguir títulos. Si no lo sabéis, eso no ocurrió entonces y tiene todos los visos de que no va a ocurrir ahora.

Se dejó marchar a Slaughter, a quien yo no le daba mucha importancia…pero que la tenía eso está claro a estas alturas. Se dejó marchar a KC Rivers, y se ha recuperado a su hermano el que no mete ni una, aunque le daremos un margen de confianza por acabar de regresar hace un mes. Se ha fichado a un tipo con cara de loco, Jeffery Taylor, que ni ataca, ni defiende (por mucho que Nicola Loncar quisiese ayer destacar su partido en defensa sobre el base del Laboral) ya que yo le he visto pasar los bloqueos andando cuando defiende a Teodosic o a Spanoulis. Se ha fichado a Ndour para tapar no sé qué parche, porque no juega. Se fichó a Thompkins, que empezó dando muestras de una calidad innegable en el tiro de larga distancia, con una tremenda efectividad pero, tras su lesión de muñeca, ni tiene tiro, ni tiene la confianza del entrenador, y ayer el culmen fue un tiro al canto del tablero…como los que hago yo cuando juego pachangas. Ahora se ha fichado a Lima con la esperanza de que sea la pieza clave del equipo, pero me temo que lo único que ocurrirá es que sirva para quitarle más tiempo de juego  a Willy Hernangómez y que éste decida marchar a la NBA en busca de esos minutos a final de temporada.

En cuanto al partido de ayer ¿qué se puede decir? Pues que fue un partido muy equilibrado en los dos primeros cuartos, ya que el Real Madrid no defendía los tiros exteriores del Laboral y se hincharon a meter triples entre Bertans, Causeur, Blazic y Tillie (curioso ver que con mucho menos presupuesto tengan jugadores mucho más determinantes que el Real Madrid), y el equipo Baskonista sufrió con el juego interior de los blancos gracias a un enorme Willy Hernangómez. Claro está que las cuentas no salen, ya que el equipo vitoriano sumaba de 3 en 3 y los madrileños de 2 en 2…y gracias.

En el tercer cuarto se rompió el partido gracias a los 10 puntos del Real Madrid en ese cuarto y a la lesión en el hombro de Felipe Reyes. El Real Madrid mostró todas sus carencias en ataque: cuando los tiros de 3 puntos no entran no hay nada que hacer. Ayer 4 de 21. El equipo local mostro todo un repertorio de impotencia, de un quiero y no puedo, a través de sus penetraciones taponadas por Diop (resulta que sí que pueden jugar pívots intimidadores que midan más de 2.05), de sus pérdidas estúpidas, de sus tiros lejanos precipitados y de un entrenador que da la sensación de no saber moverse con soltura cuando la presión por ganar aprieta.

Este año el Real Madrid basaba su juego en meter más  puntos que el rival, y eso ayer no valió para nada ante un equipo serio y bien conjuntado, con jugadores físicos y no exentos de técnica y recursos en ataque, que le dejó en unos pírricos 68 puntos.

El Real Madrid debería de empezar a preocuparse, ya está a mitad de temporada y no se vislumbran indicios que muestren una mejoría en el juego. Las derrotas tenían excusa hasta ahora en el hecho de no haber realizado una pretemporada adecuada, pero ahora el tiempo se va echando poco a poco encima y empiezan a jugarse los partidos importantes por los títulos y, a este equipo, no le vale con ganar la Copa del Rey.

El Laboral Kutxa es un equipo fantástico en ataque y en defensa, magníficamente dirigido por un Perasovic que no valía para el Valencia, ni para la selección de Croacia, pero al que Querejeta parece haber dado mando en la plaza y ha hecho que este conjunto de jugadores crean que pueden lograr grandes cosas esta temporada.

Ambos equipos parecen haber hecho un viaje al pasado, unos por unos motivos y otros por otros.

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