El Baskonia ha vuelto a sus orígenes

El Baskonia había sufrido una larga travesía por el desierto estos últimos tiempos, jugadores con rendimientos mediocres, entrenadores fulminados a los pocos meses de ocupar el banquillo y un sinfín de fichajes, que iban y venían haciendo prácticamente imposible poder recitar de memoria al grueso de la plantilla.

Un periodo de oscuridad que parece haber llegado a su fin este pasado verano. Cansado de debacles, el presidente Josean Querejeta cogió al toro por los cuernos, se arremangó, y empezó a tomar las medidas coherentes que permitieron al club ser una alternativa a los grandes no hace mucho tiempo.

El nuevo proyecto debía afianzarse con los pilares solidos que le proporcionara un entrenador de garantías y con las ideas claras. La dirección deportiva no tuvo ninguna duda, su apuesta por Perasovic fue totalmente incondicional, su trayectoria en Valencia fue intachable y nada más ponerse a tiro se cerró su contratación. Apenas han pasado unos meses el trabajo del técnico croata ya ha comenzado a dar sus frutos, el matrimonio entre ambas partes transcurre en paz y armonía, extendiendo su relación hasta el año 2017.

La otra gran asignatura pendiente, era la de consolidar el proyecto y poder mantener una columna vertebral que tirara del carro en los momentos difíciles. Haciendo encajes de bolillos se pudo retener a la pareja de bases formada por Adams y James, el dúo de bases acapara talento y físico a partes iguales, complementándose de forma ideal. Causeur también se quedó en el barco seducido por el juego alegre que promovía el nuevo entrenador; la explosión de Hanga ha otorgado al conjunto de ese empaque del que adolecía el curso anterior.

Únicamente faltaba la guinda del pastel, los cajistas buscaban la contratación de un pívot dominante, que les ayudara a crecer en su juego. Finalmente se decidió echarse la manta a la cabeza y apostar por el griego Bourousis. El center heleno había pasado un final de campaña prácticamente en blanco, apartado de la dinámica del equipo blanco, por su mala relación con Pablo Laso. Esta vez la suerte se alió con el Laboral Kutxa, el rendimiento del jugador está superando con creces las expectativas, resultando su clase y entrega crucial para la marcha triunfal de un conjunto que ha encontrado en su figura un líder inesperado.