miércoles, 30 de diciembre de 2015

Cuando el marketing se reinventa en la pista



Si hubiéramos realizado una encuesta entre aficionados, directivos, simpatizantes… del Valencia Basket durante el pasado verano sobre su opinión de la temporada 2014-2015, dudo mucho que la gran mayoría de las respuestas le hubieran dado un balance mayoritariamente positivo. Y es que a la salida antes de lo deseado de Velimir Perasovic, tuvo que sumársele una andadura por la Euroleague que fue cualquier cosa menos placentera, una Copa del Rey discreta y ya en playoffs sentenciado por el mejor equipo español de baloncesto de siempre donde más duele, sobre la bocina.

Todo parecía indicar el proyecto de la capital del Turia se tambaleaba y que como bien marcan los cánones en el deporte de élite, la regeneración en forma de travesía por el desierto de la irregularidad y bandazos en la dupla pista-despachos…era inevitable.  Sin embargo, el deporte de la canasta tenía otros planes para el equipo presidido por Vicente Solà, una circunstancia, que no es fruto de la casualidad, más que agradecida por los aficionados a este deporte.

El Valencia Basket cual ave fénix ha resurgido en este presente curso de sur cenizas, para convertirse en líder destacado de la Liga Endesa con un incontestable 13-0, a pesar de las bajas significativas ya en este tremo inicial de la temporada y un potencial económico menor en comparación al de los dos Titanes de España y de Europa. Una superioridad extrapolable a su grupo de Eurocup que comandó durante la primera fase con un puño de hierro del que nadie (considera un servidor) les creía capaz. Y bienvenida sea esta sorpresa, el equipo entrenado por Pedro Martínez se erige como tercero en discordia para aspirar a ser campeón de la competición casera, últimamente demasiado bipolar. Además de ser un claro candidato a la Copa. Sólo el tiempo dirá si su consistencia aguantará hasta el mes en el que se deciden los títulos o se diluirá incapaz de aguantar el ritmo de equipos preconcebidos para dar el “do de pecho” en esos momentos.


Personalmente, no quiero aventurarme a hacer pronósticos. Llevo tiempo sin acertar en ninguno de ellos. Únicamente puedo intuir que ocurra lo que ocurra, el Valencia Basket no defraudará ni a su afición propia ni a la de quienes se suban a su carro. Porque posee que se tiene o no se tiene, que aparte de lo que estéis pensando es La cultura del esfuerzo.

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