Si hubiéramos realizado una encuesta entre aficionados,
directivos, simpatizantes… del Valencia Basket durante el pasado verano sobre
su opinión de la temporada 2014-2015, dudo mucho que la gran mayoría de las
respuestas le hubieran dado un balance mayoritariamente positivo. Y es que a la
salida antes de lo deseado de Velimir Perasovic, tuvo que sumársele una
andadura por la Euroleague que fue cualquier cosa menos placentera, una Copa
del Rey discreta y ya en playoffs sentenciado
por el mejor equipo español de baloncesto de siempre donde más duele, sobre la
bocina.
Todo parecía indicar el proyecto de la capital del
Turia se tambaleaba y que como bien marcan los cánones en el deporte de élite,
la regeneración en forma de travesía por el desierto de la irregularidad y
bandazos en la dupla pista-despachos…era inevitable. Sin embargo, el deporte de la canasta tenía
otros planes para el equipo presidido por Vicente Solà, una circunstancia, que
no es fruto de la casualidad, más que agradecida por los aficionados a este
deporte.
El Valencia Basket cual ave fénix ha resurgido en este
presente curso de sur cenizas, para convertirse en líder destacado de la Liga
Endesa con un incontestable 13-0, a pesar de las bajas significativas ya en
este tremo inicial de la temporada y un potencial económico menor en
comparación al de los dos Titanes de España y de Europa. Una superioridad
extrapolable a su grupo de Eurocup que comandó durante la primera fase con un
puño de hierro del que nadie (considera un servidor) les creía capaz. Y
bienvenida sea esta sorpresa, el equipo entrenado por Pedro Martínez se erige
como tercero en discordia para aspirar a ser campeón de la competición casera,
últimamente demasiado bipolar. Además de ser un claro candidato a la Copa. Sólo
el tiempo dirá si su consistencia aguantará hasta el mes en el que se deciden
los títulos o se diluirá incapaz de aguantar el ritmo de equipos preconcebidos
para dar el “do de pecho” en esos momentos.
Personalmente, no quiero aventurarme a hacer
pronósticos. Llevo tiempo sin acertar en ninguno de ellos. Únicamente puedo
intuir que ocurra lo que ocurra, el Valencia Basket no defraudará ni a su
afición propia ni a la de quienes se
suban a su carro. Porque posee que se tiene o no se tiene, que aparte de lo
que estéis pensando es La cultura del
esfuerzo.
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