Draymond Green vovlió a ser el mejor hombre de los Warriors. |
Ganaron los
Warriors su partido número 28 en un duelo de defensas tremendamente
premeditadas, en el que al final triunfó el baloncesto.
Y es que lo
de ayer recordaba más a una partida de ajedrez, que a un partido de baloncesto.
Cada defensa, cada bloqueo, cada cambio de par, cada sustitución, nada era al
azar y todo venía establecido por una relación causa efecto, estudiada hasta el
más mínimo de los detalles. Con una
maquinaria tan plagada de pequeños engranajes, pasó lo que tenía que pasar, la
máquina funcionaba lenta y dificultosamente, y el buen juego no fluía
demasiado.
Comenzaba
así el duelo, y ya desde los primeros compases se percibía un nerviosismo y un
respeto mutuo muy grande. Las primeras jugadas se ejecutaban de manera muy
correcta (tácticamente hablando), dejando poco a la espontaneidad. Incluso los
primeros espadas de ambos equipos, acusaban el clima de nerviosismo y cometían algún
pequeño error. Curry, aun renqueante de su gemelo, organizaba como podía, ante
la persecución a la que fue sometido por Dellavedova desde que éste salió del
banquillo, que fue pronto, pues Irving aún no está para muchos trotes, como así
claman sus porcentajes (4/15 en t.c.) y Draymond Green se mostraba muy seguro
tirando desde el arco, ante la imposibilidad de Love de llegar a taparle los
tiros. Comenzaban los ajustes defensivos.
Curry se
retira echándose la mano al gemelo y se queda fuera del partido un buen rato,
situación que aprovechó Cleveland para conseguir un +9 en su ausencia.
Mientras, Lebrón también sufría la persecución de su Kriptonita particular,
Andre Iguodala, que se está haciendo todo un especialista en cuanto amargar a
Lebron se refiere. Recordemos las finales del pasado año.
Dellavedova
sigue persiguiendo a curry como si de un perro de presa se tratase, y el
baloncesto sigue sin fluir en ataque. Tener a Mozgov en pista es como tener a
un muñeco de de esos que se hinchan de aire y se mueven, por lo que Blatt pronto
recurre a Thompson en un primer acercamiento al “Small-ball”. El marcador al
descanso, más propio por sus números de alguna final europea, que de la NBA,
reflejaba la tensión y el trabajo defensivo realizado. Los Warriors acaban su
peor primera mitad de la temporada y el Trio Lebron-Love-Irving, lleva en
conjunto, 6 de 25 en tiros de campo. El anti baloncesto está servido.
Después del
descanso, los Warriors suben claramente un punto de intensidad en defensa y
encadenan varias acciones seguidas meritorias. Un robo a Lebron con
contraataque y mate de Green, seguido de un Taponazo de Bogut a Mozgov, ponen a
los Cavaliers en preaviso del cambio de inercia. Pero los Cavaliers no aflojan
y después de un par de minutos ridículos de fallos constantes en ambos lados,
el marcador se vuelve a apretar de nuevo. Entonces, Blatt recurre al “Small-ball”
de manera descarada, precisamente cuando los Warrios jugaban con pívot y ala-pívot.
Thompson queda como hombre más alto, y los Cavs buscan subir el ritmo e
intentar frenar a Green, que se iba deshaciendo de cuantos defensores le ponían
y poco a poco demostraba por qué es el secreto mejor guardado de los Warriors
(22p 15rb 7as
2tap).
El marcaje a
Lebrón se producía claramente a relevos, recordando los años en los que los “Bad
boys” se turnaban para darle leña a Jordan. Aun así, más por fuerza que por
habilidad, James iba haciendo sus números (25p
9rb 2as 2tap). Irving no puede ayudar demasiado y después
de fallar en ataque varias veces y cometer alguna falta absurda, es sustituido
de nuevo. Los tiros de Cleveland no entran y la defensa sigue asfixiando, pero
se mantienen como pueden. Love cogió 18 rebotes, pero en ataque fue un cero a
la izquierda (5/16 en t,c,) y en defensa ni digamos. Salvo fugaces apariciones
de Smith, James estaba totalmente sólo.
Cleveland
juega con Love por dentro y 4 móviles, pero Golden State juega con Ezeli y 4
pequeños, por lo que empiezan a sucederse transiciones rápidas que benefician a
los Warriors que se colocan 10 arriba a falta de 3´35. Es entonces cuando
Lebrón hace lo que mejor sabe hacer, coger el balón y jugar el solo. Ni tan
mal, dos mates seguidos por la tremenda y un tapón estratosférico a Thompson,
los ponen a 4 puntos a falta de 2´33”.
Comienza el
habitual baile de los libres y Lebron falla sus dos intentos, para después
intentar una canasta por fuerza al poste, bastante mal ejecutada y bien
defendida, que no entró. Para rematar su cúmulo de despropósitos final, saque
de banda y triple, como no, de Lebrón, que se marca un “semi-airball”
rubricando su mal fin de partido. Al final los siguientes tiros libres
certificaron la victoria de los Warriors.
Partido
jugado a trompicones por culpa de las defensas extenuantes. Cleveland firmó el
porcentaje más bajo de acierto en el tiro, de un equipo en el que haya jugado
Lebrón (32% en t.c., 17% en triples y
72% en libres). Los Warriors aun estando Curry flojo y habiendo hecho un
partido normalito, son capaces de deshacerse de los Cavs, dato a tener muy en
cuenta. Lebron algún día se dará cuenta de que a esto se juega pasando el balón,
lástima que cuando le llegue la inspiración (si le llega) tendrá demasiados
años encima y demasiadas finales perdidas.
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